Cómo aprender inglés desde cero ; Más o menos a mitad de siglo XX, apareció un curso de idiomas francés llamado Assimil. Su propósito era enseñar inglés sin esfuerzos. En España fue todo un éxito… de ventas. Porque, aprender, nadie lo hizo. Eso sí, la primera frase de ese sistema quedó grabada para el recuerdo: «My taylor is rich».

Desde entonces, han surgido otros métodos similares (reemplazando las casetes por CDs primero y programas de ordenador después) que aseguran al usuario el aprendizaje instantáneo y fácil del idioma inglés. El sastre que los confecciona, con toda seguridad, seguirá siendo igual de rico.

Si quieres aprender inglés o cualquier otro idioma sin tener conocimientos previos del mismo, debes saber que repetir frases sin sentido como un loro mientras tratas de descifrar un ininteligible cuadro de gramática solo te va a servir para decir cosas como «cuánto cuesta el balneario» o «¿dónde está la floristería?».

¿Qué necesitas para aprender inglés desde cero?

Para empezar, tener ganas de hacerlo. Un idioma requiere bastante tiempo para dominarlo a la perfección. No obstante, hablarlo cuesta menos. Y ese tiene que ser el primer objetivo de la alumna o del alumno: utilizarlo.

Con esta idea en mente, llega la hora de hacerse la siguiente pregunta: ¿para qué quiero aprender inglés? El inglés es un idioma rico de posibilidades, desde comunicación general hasta temas más específicos, como el inglés para negocios. Si orientas el aprendizaje hacia algo que te interese o necesites, te resultará más sencillo enfrentarte al reto de insertar una nueva lengua en el cerebro.

Por último, te guste o no, recuerda que lengua se llama lengua porque se habla. Es decir, que te tocará hacerlo. Si no, te pasará como a mí cuando aprendí francés por cuenta propia y riesgo, sin referencia fonética. Por escrito parezco Marguerite Dumas pero, s’il vous plait, no me obligues a pronunciarlo.

¿Cómo empezar a aprender inglés desde cero?

Ahora que ya tengo propósito de año nuevo, vamos a ver si consigo plantearte uno: aprender inglés desde cero. Para empezar, piensa lo maravilloso que sería poder ver esa serie que tanto te gusta y entenderla. O ser capaz de cantar una canción que te pone de buen rollo. Aunque, tal vez, tengas en mente un viaje y prefieras poder comunicarte para sacarle mayor partido.

Habrás observado que he mencionado ejemplos relacionados con el ocio. Y que cada uno de ellos requiere diferente cantidad de tiempo para lograrlo. Como te decía antes, primero debes encontrar una motivación. Es decir, una meta. Simplemente tienes que ser consciente de si va a ser a corto (la canción), medio (comunicarte en un viaje) o largo plazo (entender una serie de televisión).

El siguiente paso es conocer los elementos que constituyen un idioma, que son tres:

• Su gramática: las instrucciones de uso.
• Su vocabulario: cómo se llaman las cosas.
• Su pronunciación: cómo se dicen las palabras del vocabulario.

En el caso del inglés, la gramática se aprende rápido. Respecto al vocabulario, hay más palabras que en español. Pero tampoco te sabes todas las que contiene el diccionario de la RAE, así que no te asustes. En cuanto a la pronunciación, tendrás que practicar bastante, ya que se emplean sonidos que no existen en el idioma español.

Cómo orientar el aprendizaje

Vamos a suponer ahora que tu propósito de año nuevo es aprender inglés porque te abre más posibilidades en el trabajo. Como verás, estoy variando los ejemplos para que te sirvan de guía y luego los apliques a tus propias necesidades. Así que ya tienes tu objetivo. ¿Cómo puedes enfocarlo?

Primero, busca un libro, un curso o un profesor, en función de cuánto dinero quieras invertir en tu objetivo y que se adapten a tu objetivo. Internet también ofrece sus propias opciones. Pero, al carecer de filtros, te toparás con muchos «sastres ricos» antes de encontrar algo bueno.

Los libros tienen la ventaja de ofrecerte ejercicios para practicar, aprender gramática y adquirir vocabulario específico. Por desgracia, pueden no ser muy intuitivos y la parte oral se limita a leer en voz alta. Si no tienes audio de apoyo, recuerda lo que me pasó con el francés. Además, no te permiten conversar, algo que sí te ofrecen los otros sistemas.

Los cursos de inglés son muy interesantes si están diseñados desde el punto de vista del alumno y no de lo que un lumbreras considera indispensable o simplemente quiera colarte un programa informático sin pies ni cabeza. Una de mis mejores amistades se apuntó a un curso de inglés americano en Junio. Después de un mes de clases, lo dejó. Apenas sabía el idioma y su profesora solo le hablaba en inglés. La broma, siendo un curso, le salió muy cara.

Los profesores particulares son como un curso, pero en versión individual. Los puedes encontrar en tres versiones: presenciales, por Internet o por teléfono, cada uno con diferentes precios. Con ellos podrás mejorar tu entendimiento y fluidez mientras aprendes gramática en función de las circunstancias. Aquí el riesgo es que te toque un nativo de los que trabajan dando clases porque hablan inglés, sin saber enseñarlo.

 

Cómo realizar el aprendizaje

Esta última parte es la más sencilla. Lo normal es que te digan que necesitas constancia y práctica. Es cierto. Recuerda tu objetivo y ten la meta grabada entre ceja y ceja siempre. Pero si, además de esa dedicación y trabajo, integras el idioma en tu vida, avanzarás mucho más rápido.

¿Cómo se hace esto? Sé creativa o creativo. Desde colocar post-its por toda la casa con los nombres de los muebles y electrodomésticos en inglés, pasando por ver la tele en versión original con subtítulos, ir a una noche de intercambio a un pub o intercambiar frases con tus compañeros de trabajo en inglés hasta hacer karaoke casero todas las noches, confía en tu imaginación.

Al fin y al cabo, se trata de un entrenamiento. Como el gimnasio. Suda lo que haga falta con las máquinas y luego sal a bailar. Mezcla trabajo con ocio. Haz que forme parte de tu vida. Cuando quieras darte cuenta, el cero que antes tenías se habrá convertido en un número hecho y derecho.