Cómo preparar una entrevista de trabajo en inglés

Hoy en día, el inglés ya está consolidado como herramienta laboral. Del mismo modo que las empresas demandan una serie de conocimientos profesionales, este idioma forma parte de los requisitos indispensables para poder trabajar. Así que, en este artículo, vas a ver cómo preparar una entrevista de trabajo en inglés, puesto que es la manera habitual de comprobar si los conocimientos que has puesto en tu currículum son ciertos.

Tanto si tienes un buen nivel de inglés como aceptable o ligeramente aceptable, debes preparar la entrevista con antelación. No se trata de un examen escrito, sino de una prueba oral. Mejor dicho, una conversación donde el peso de la misma lo vas a llevar tú, pero el tema lo escoge la otra persona. Es decir, que necesitas hablar. Y mucho.

Esto es lo que llamamos fluidez, que sirve para comprobar la capacidad expresiva de la persona candidata y su naturalidad a la hora de hablar. Sin embargo, el contenido estará centrado en tu vida laboral. Por lo tanto, antes de la entrevista de trabajo, repásate. Conócete bien. Después, conoce a la empresa que te va a entrevistar y anota todos tus conocimientos, toda tu experiencia, cualquier formación que hayas realizado y, por supuesto, tus puntos fuertes y débiles. Porque te van a preguntar por todos ellos.

Una vez que dispongas de esta información al completo, es hora de practicarla. Al igual que no se te ocurriría correr un medio maratón sin haber entrenado previamente, tampoco acudas a la entrevista con la lengua fría. Si lo haces, te puede dar un tirón (bloqueo), quedarte sin aliento (en blanco) o sufrir flato (pasar vergüenza).

Cómo preparar el día de la entrevista en inglés

Si me has hecho caso y has preparado la entrevista a conciencia, te vas a poner nervioso. Pero, si te presentas sin haber practicado nada, vas a estar nervioso. La diferencia entre estas dos frases reside en que, en la primera, te puedes «desponer» rápido gracias a la seguridad que te da la preparación. Por desgracia, la segunda no solo la vas a mantener, sino que va a crecer más y más a medida que pasen los minutos.

No te preocupes si sientes una inquietud recorriendo tu cuerpo de arriba abajo. Es normal. Se trata de una reacción típica del ser humano. Por lo tanto, puedes controlarla. Solo tienes que practicar unos pequeños trucos de meditación mientras recuerdas que esto ya lo has preparado antes, que sabes lo que tienes que decir y cómo te tienes que comportar.

La entrevista

Bien, ya has llegado al meollo de la cuestión. Comienza la entrevista. Dado que su formato varía según la empresa, te voy a mostrar una serie de ejemplos de preguntas que suelen hacer durante una entrevista de trabajo en inglés, para que practiques tu respuesta todas las veces que necesites. Pero antes, un par de consejos:

  • Lleva la vestimenta adecuada: tienes que dar una imagen apropiada para la empresa. Con independencia del puesto de trabajo al que te presentes, ponte algo elegante. Corporativamente elegante, mejor dicho.
  • Saluda siempre: tanto al llegar al lugar de la entrevista como cuando veas a la persona que te va a entrevistar. La educación es el segundo indicador, después de la ropa, que genera una imagen positiva o negativa ante los demás.

Cómo preparar una entrevista de trabajo en inglés

Preguntas personales

En general, la forma corriente de romper el hielo tras el saludo protocolario consiste en hablar de uno mismo. Pero una entrevista de trabajo no tiene nada de social. Cada pregunta esconde un interés oculto por parte de la empresa. Aunque no lo parezca.

Por ejemplo, cuando te piden que les hables de ti. Han leído tu currículum, todo lo que les cuentes ya lo saben. Simplemente quieren comprobar que sabes decirlo además de escribirlo. Tómatelo como un primer tanteo.

No obstante, este tipo de preguntas también buscan conocer a la persona. Y aquí está la parte oculta: les da igual tu vida personal, pero les interesa muchísimo saber si te vas a poder acoplar al equipo con el que vas a trabajar. O dirigir. Así que orienta el contenido de tu respuesta hacia valores que una empresa considera relevantes para el puesto que solicitas. Por ejemplo, tus fortalezas y debilidades.

Preguntas profesionales

Una vez pasado el inicio de la entrevista, comienzan las preguntas profesionales. En cierta manera, también sirven para conocer mejor al candidato. Pero, repito, no estás ahí para hacer amigos, sino para obtener un puesto de trabajo.

La forma en la que te van a pedir información puede variar desde el sistema tradicional (¿qué experiencia tienes en este puesto?) hasta lo más directo (¿por qué deberíamos contratarte?). Las primeras son otra manera de comprobar que sabes expresar de manera oral lo que aparece por escrito en tu currículum mientras que las segundas buscan que destaques tus cualidades. En efecto; esas no las has puesto en el CV.

Además, no esperes una dinámica de pregunta/respuesta todo el rato. Te van a interrumpir. Si te han preguntado por tu experiencia, anticipa un corte durante tu exposición. Por ejemplo, mientras hablas de tu experiencia pasada, te cortarán para que desarrolles un aspecto concreto de tus funciones. Una buena preparación te permitirá reaccionar a tiempo y con seguridad.

Preguntas de situación

Este tipo de preguntas están enfocadas a conocer tu forma de afrontar situaciones laborales concretas. Es decir, prescinden de la teoría que ya figura en tu currículum para descubrir tus habilidades prácticas.

Aquí, el planteamiento de la pregunta es muy abierto. Pero piensa en situaciones como «¿cuál ha sido el reto más duro con el que te has encontrado?» o «¿qué harías si…?». También es normal que este tipo de preguntas te las formulen salteadas en diferentes momentos de la entrevista.

Preguntas de opinión

Cuidado aquí. Tal vez la palabra «opinión» te haga creer que dispones de libertad para decir lo que quieras. No cometas ese error. Recuerda: toda pregunta en una entrevista tiene un objetivo oculto.

Por ejemplo, si quieren saber dónde te ves dentro de cinco años (muy habitual), lo que buscan con tu respuesta es conocer el grado que tienes de implicación, ambición e interés por tu desarrollo profesional. La empresa va a invertir en un recurso que, si no les da seguridad de estabilidad, desecharán. Tu mente debe estar en el trabajo, no es abrir un negocio con unos amigos en pocos años. Tu objetivo es aprender, mejorar y crecer.

Como consecuencia de este tipo de preguntas, vuelve a leer el apartado sobre preguntas personales para entender la imagen que tienes que transmitir durante toda la entrevista.

Preguntas de despedida

Finalmente, la persona que te entrevista te informa que la entrevista ha terminado. A modo de cortesía, te dirá si quieres hacerle alguna pregunta sobre algún tema o solucionar alguna duda que tengas. No es una cortesía. De nuevo, recuerda: toda pregunta esconde algo.

El objetivo de esa cortesía encubierta es la de ver tu interés por el puesto. Toda la información que te han dado se la van a proporcionar al resto de candidatos. Acepta la oferta que te acaba de hacer y pregunta. Por ejemplo, por el nombre de la persona responsable de tu puesto o sobre el tipo de proyectos que acometerías si te contrataren. Pregunta por la formación disponible. La pregunta o preguntas que formules les indicará tus prioridades. Si trata sobre tu sueldo, bueno, extrae tu propia conclusión. Déjala para el final, mejor, una vez hayas realizado alguna de las sugeridas.

Cómo preparar respuestas para una entrevista de trabajo en inglés

Para terminar, aquí tienes una serie de consejos sobre lo que tienes que contestar durante la entrevista en inglés. Presta mucha atención y orienta tus respuestas durante la práctica previa de modo que suenen de forma natural.

En primer lugar, destaca cualidades que la empresa quiera oír. No te vendas como cuando quieres ligar. Te estás comprometiendo a cumplir con unos requisitos profesionales.

Durante toda la entrevista, mantente tranquilo pero activo. Responde con la espiración pero actúa con la inspiración; que vean que conoces tus obligaciones a la vez que tienen delante a un profesional con hambre de trabajar.

Convierte tus debilidades en fortalezas. ¿Te acuerdas de esa pregunta que te van a hacer? Pues transforma las palabras negativas en positivas, como que eres una persona perfeccionista en lugar de decir que trabajas lento.

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