Reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés

Tanto en el ámbito universitario como laboral, la gran parte de la documentación se presenta en dos idiomas. Uno es el español, que lo conoces bien. El otro, también lo conoces. Pero, no tan bien. Tal vez, a tu manera, logras hacerte entender cuando lo hablas. Sin embargo, si toca escribirlo, ay, ya no resulta tan sencillo. Por este motivo, este artículo te explicará las reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés. Úsalas siempre que tengas que pasar un texto a este idioma si quieres ahorrarte reuniones innecesarias, trabajar el doble de horas o sacar una buena nota en tu carrera.

Te damos una serie de tips antes de entrar en materia.

  • Obtener información previa sobre la misma
  • Respetar el contexto, escenario, a quién va dirigida
  • Trabajar la terminología, tener un diccionario a mano
  • Localización del texto
  • Cuidar mucho la ortografía y la gramática
  • Indica siempre el sujeto de la oración
  • Vigilar el uso de mayusculas y minúsculas
  • Domina las siglas y nomenclaturas
  • Controla las unidades de medida y decimales
  • No te fíes de los traductores automáticos
  • Nunca descuides el estilo y la sintaxis

 

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Aspectos gramaticales: la forma

El primer grupo de reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés se centra en los aspectos gramaticales que debes respetar cuando escribes en inglés. Normalmente, todo el mundo las recuerda cuando comienza a traducir un texto. Después, poco a poco, la concentración se disipa y aparecen los primeros errores.

Por lo tanto, grábate a fuego lo que viene ahora. Porque identifica los fallos más habituales en la forma de traducir cualquier texto que se te ocurra.

Indica siempre el sujeto de la oración

El inglés no conjuga los verbos, esto quiere decir que, a menos que indiques el sujeto de la oración, el responsable de la acción quedará en el limbo. Asume que quien lee tu texto no posee el don de la adivinación, así que deja de pensar que el inglés se escribe igual que el español. Porque la única estructura gramatical que prescinde el sujeto en inglés es el imperativo. Observa los ejemplos que aparecen a continuación para entenderlo mejor:

In the company, speak Spanish at meetings.

En la empresa, habla español en las reuniones.

In the company, we speak Spanish at meetings.

En la empresa, hablamos español en las reuniones.

No obstante, recuerda que no necesitas escribir el sujeto cuando unas dos frases con AND u OR, y el sujeto de la segunda coincida con el de la primera. También se omite con BUT, pero solo si ambas frases emplean el mismo verbo. Por ejemplo:

Mary thought of a plan and shared it with her advisors.

María pensó en un plan y lo compartió con sus consejeros.

Her idea brought a lot of solutions but many problems as well.

Su idea trajo muchas soluciones, pero muchos problemas también.

It saved the king, but it ruined the National Treasury.

Salvó al rey, pero arruinó a la tesorería.

Reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés

Estructura fija en oraciones

Una de las principales características del inglés es que emplea una estructura fija en todas las oraciones, aunque permite algún cambio de posición en los objetos de lugar y tiempo de vez en cuando, aparte de los obligatorios en las preguntas. En el resto de casos, mantiene el orden básico de SUJETO+AUXILIAR+VERBO+OBJETO DIRECTO/INDIRECTO+OBJETO DE LUGAR + OBJETO DE TIEMPO.

Es decir, que cuando lo alteras, suenas como Yoda en «La guerra de las galaxias». O como Shakespeare, si prefieres algo más clásico. Pero tú no tienes el don de palabra del Bardo ni juegas con la estructura en busca de la rima. Así que, pon cada elemento donde corresponde.

Por otro lado, recuerda que los adjetivos y los adverbios (sobre todo estos últimos) ocupan también un lugar específico en las frases. Como vayas por libre, el resultado final será ininteligible.

Utiliza la pasiva, es tu amiga

Utilizar la pasiva cuando hablas queda un tanto raro. Pero, para escribir, es la más adecuada. Sobre todo, si se trata de un documento oficial, un texto académico o un tipo de comunicación corporativa general.

En general, las reglas de escritura en inglés indican que la voz pasiva solo se debe emplear en aquellos casos donde prime el acto por encima del sujeto. De esta manera, aparece en cualquier texto de contenido legal o científico, además de documentos donde se informe de algún suceso acaecido. Como en un artículo periodístico, por ejemplo.

No obstante, la pasiva también resulta un recurso muy socorrido para introducir cifras, esquivar responsabilidades directas, crear eufemismos o hacer referencias al trabajo, pensamiento u opinión de otras personas.

The conference was suddenly interrupted when the information was leaked to the press.

La conferencia se interrumpió súbitamente cuando alguien filtró la información a la prensa.

The budget will be increased by 3000€ next year.

El presupuesto aumentará en 3000€ el próximo año.

Your services might not be required after all.

Sus servicios no serán requeridos al final.

Cuidado con las ambigüedades

Este punto de las reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés es mucho más importante de lo que, a priori, te pueda parecer. De hecho, las ambigüedades tienden a pasar desapercibidas para quien las escribe. Si tienes suerte, también para quien las lee. En caso contrario, le crearás un conflicto interpretativo muy serio.

De manera resumida, el problema de las ambigüedades reside en la falta de claridad respecto a una parte del mensaje. En la mayoría de las ocasiones, es el propio contexto quien resuelve el dilema, siempre y cuando se siga la lógica correcta. Por ejemplo, «estoy hablando sobre un coche» se puede entender como que el tema de tu conversación va acerca de un automóvil o que te encuentras encima de dicho vehículo mientras cuentas una historia distinta.

A continuación, verás unas frases en inglés y la forma de corregir la ambigüedad generada por una dificultad de comprensión.

John had to explain the procedure to Carl but he was busy in the factory.

Juan tenía que explicarle el proceso a Carlos, pero estaba ocupado en la fábrica.

¿Quién estaba ocupado, John o Carl?

  • Solución:

Si Juan estaba ocupado: John had to explain the procedure to Carl but the former was busy in the factory.

Si Carlos estaba ocupado: John had to explain the procedure to Carl but the latter was busy in the factory.

I saw you walking with a friend.

Te vi paseando con una amiga.

¿Quién estaba paseando con la amiga, tú o yo?

  • Solución:

Cuando la amiga está contigo: I saw you while you were walking with a friend.

Cuando la amiga está conmigo: My friend and I were walking when I saw you.

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Aspectos a tener en cuenta antes de realizar una traducción: el estilo

Este apartado recoge una serie de aspectos que debes considerar antes de realizar una traducción en inglés. En general, establecen el marco estilístico que corresponde a un contenido concreto. Pero, como descubrirás, también incluye recomendaciones muy interesantes y de carácter global.

Al igual que con las indicaciones sobre la forma, el uso del estilo incorrecto afectará al resultado final de tu documento. No tanto en cuanto a su comprensión, por supuesto, sino más bien a la imagen que transmite el mensaje. Y de esto tratan los tres primeros subapartados.

Tipos de estilo

No me cabe la menor duda de que cuentas con la capacidad suficiente como para manejar diferentes estilos de escritura en español. Sin embargo, tal vez tengas menos soltura con el inglés. Esto es un problema, porque hay varios, y con reglas concretas en función del tema que quieras tratar.

En este artículo te mostraré los principales estilos que puedes emplear en una traducción. Cada uno tiene sus propias características, requisitos, elementos y estructura. Es decir, demasiada información para resumirla en un solo apartado. No obstante, ya los desarrollaré en otra entrada. De momento, aprende sus nombres, para qué se usan y aplícalos al objetivo de tu texto para identificar el más adecuado.

  • Estilo narrativo: se usa, principalmente, cuando escribes una novela, una historia corta u otro texto relacionado con la literatura. Es decir, requiere un alto dominio de composición, vocabulario, retórica y un largo etc.
  • Estilo analítico: su objetivo fundamental es el de argumentar, defender y emplear pensamiento crítico a lo largo de toda la composición hasta emitir un juicio de valor. Si has hecho algún examen oficial de inglés, es el que piden en la parte escrita. Aquí te contamos trucos para aprobar el Writing.
  • Estilo expositivo: de manera resumida, consiste en explicar, describir o exponer una idea concreta sin más. Hay varias formas de estructurarlo, pero lo importante es que responda a las preguntas de qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué.
  • Estilo corporativo: en realidad, no se trata de ningún estilo concreto, aunque las empresas se empeñan en llamarlo así. Tiene varios formatos, aunque la mayoría de ellos son asépticos, abusan de la mala gramática y predominan las cifras y los gráficos. No obstante, el estilo comercial es más creativo, ya que busca persuadir a los clientes.

Uso de estilo formal, informal y coloquial

Tanto en el lenguaje oral como en el escrito, el inglés tiene tres estilos, o tonos, con unas reglas de uso muy específicas, estos son el estilo formal, informal y coloquial. Sobre todo, cuando tienes que traducir un texto. Porque, a veces, no es el formato, sino el destinatario quien te obliga a cambiar de uno a otro. Consulta las entradas sobre Cómo escribir una carta en inglés y Cómo escribir un correo electrónico en inglés para disponer de una referencia al respecto.

En general, emplearás el mismo tono que en el escrito original. Pero deberás adaptarlo al estilo de escritura en inglés que escojas. Como no sé si queda claro esto, lo que trato de decirte es que no te fíes de lo que ponga en español, porque lo que consideramos informal suena a formal en ciertas ocasiones y viceversa.

Por suerte, cada uno de estos estilos dispone de plantillas que te ayudarán a estructurar el contenido con las palabras adecuadas. Al menos, para textos en lenguaje formal, ya que es el más protocolario de todos. En cuanto al resto, bueno, es más una cuestión de vocabulario (ver apartado de Otras Reglas) y que puedes contraer palabras.

Distingue entre inglés británico y americano

El último subapartado afecta al idioma que emplearás en tu documento. Porque, aunque usemos inglés como lengua genérica, conviene especificar que ese uno son dos.

De hecho, pueden ser más. Por motivos prácticos, me limitaré a hablar de la pareja más relevante a nivel internacional. El primero es el inglés británico. El otro, el inglés americano. La parte positiva es que sus gramáticas son idénticas, si los puristas no se ponen demasiado quisquillosos con esta afirmación. El problema, como habrás deducido, reside en el vocabulario.

  • Atención. No cometas el error de confundir vocabulario con vocablo suelto. Esta parte de la lengua también incluye expresiones y dichos.

De cara a una traducción, debes de prestar mucha atención a la elección del tipo de inglés, porque la mezcla con el otro no suele dar buen resultado. La idea es que, si decides traducir tu documento en inglés británico, lo mantengas desde el principio hasta el final. Es verdad que algunas palabras del inglés británico y americano se emplean y entienden por igual en ambos lados del charco. Sin embargo, esta simbiosis nunca la verás en un escrito oficial.

Por otro lado, existe una opción alternativa que resulta en determinados casos. Se llama Global English y es una versión simplificada del inglés, orientada a la comunicación entre personas que no son angloparlantes. Principalmente, se emplea para textos técnicos y en traducciones para un público internacional. Pero, también, de cara a facilitar la comprensión en todo tipo de comunicaciones. Como en el trabajo.

Así que, si no quieres romperte demasiado la cabeza, es la mejor opción que tienes para traducir cualquier documento. Aunque, no lo olvides, como toda lengua que se precie, también cuenta con sus propias reglas.

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Otras reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés

La información que aparece en este apartado contiene aspectos concretos que hay que tener en cuenta cuando se traduce un texto en inglés. En general, responden a diferentes criterios, cuya única relación es la de prestar atención al detalle.

Dentro de las reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés, los aspectos estilísticos y formales constituyen la arquitectura de un edificio. Es decir, que si te pido que me dibujes una catedral, cualquier edificio que hagas me valdrá, siempre y cuando tenga la forma y el estilo de un templo.

Pero, ¿qué pasaría si te pido que dibujes una catedral gótica? Aquí, ya tienes que hilar más fino. Mucho más, sobre todo, en el caso de que especificara que se trata de una catedral de gótico brabantino. Pues, justo esto es lo que aprenderás a hacer ahora.

Objetivo, matices y vocabulario específico de la materia

El factor más relevante que tienes que contemplar antes de cualquier traducción es el objetivo del texto. Supongamos que los de marketing te pasan un documento para que lo pases al inglés. Cuando lo lees, te das cuenta de que su contenido incita a su lector a efectuar una compra. Respeta la intención del autor y busca las palabras o expresiones necesarias que garanticen dicho propósito, realizando las modificaciones necesarias para que el texto final se adapte al objetivo esperado.

Una traducción debe ser lo más cercana posible al texto original, pero mucho más fiel al objetivo del autor. Esto te obligará a modificar partes del documento, aunque contradiga la idea de una traducción. Porque, traducir no es lo mismo que interpretar. No obstante, aquí es donde entran en acción los matices.

En el ejemplo de la catedral de gótico brabantino, la planta de la misma no necesita identificar a un templo concreto, pero sí los elementos arquitectónicos característicos en este estilo. Es decir, los matices que la harán reconocible a quien la vea. Tal vez el documento original sea como el Ayuntamiento de Bruselas y tu traducción quede como el Ayuntamiento de Oudenaarde sobredimensionado. Aun así, habrás logrado replicar el objetivo principal con eficiencia.

Por desgracia, esa interpretación resulta inadmisible en los documentos técnicos. Cuando el texto requiera una palabra específica, debe aparecer esa y solamente esa. Como el martillo del juez, que no se dice hammer sino gavel. Aunque, cuidado, porque es muy probable que algunos términos carezcan de equivalente directo entre el español y el inglés. Si te pasa esto, recurre a definirlo. Pero, jamás emplees un sustituto.

Factores culturales y frases hechas

Según el refranero español, hasta el mejor escribano echa un borrón. Y uno de los mejores traductores de la historia, Viktor Sukhodrev, por poco inicia una guerra cuando echó el suyo.

Durante los años candentes de la Guerra Fría, Nikita Khrushchev terminó un discurso de apertura con una frase que el bloque occidental al completo se tomó como una amenaza. El caso es que, si bien las palabras de Khrushchev sonaron desafiantes (no sabía hablar de otra manera, por cierto), Sukhodrev pecó de literal en su traducción.

En realidad, el presidente soviético había empleado una frase habitual en Rusia para decir que no iban a poder con ellos y que sería el capitalismo quien desaparecería de la historia con el paso del tiempo. Solo que el gran traductor obvió el factor cultural y la reprodujo en inglés tal como se dice en ruso: «¡Os enterraremos!».

Fíjate por qué poquito nuestro planeta no se convirtió en Venus. Una malinterpretación de una frase hecha, una mala traducción de un factor cultural y los americanos se pusieron a acariciar el botón rojo. Ahora, sin embargo, nos gusta bromear traduciendo literalmente las frases hechas. From lost to the river, You have more tale than little street, For if the flies

Actualmente, los traductores profesionales se documentan bien antes de cometer un error similar. Pero no para evitar el inicio de una contienda bélica, sino porque no quieren convertir su trabajo en un chiste. Aprende de ellos y localiza estas expresiones en tus textos cuanto antes.

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Consejos finales para traducciones

Por último, al margen de las reglas básicas para hacer una buena traducción en inglés, quiero compartir tres consejos contigo. Cuando termines de leerlos, espero de verdad que los apliques en tus traducciones. Tal vez los veas como una pérdida de tiempo. Pero, si haces ese pequeño esfuerzo, el resultado final será muy grande.

  • Diccionarios: el libro de cabecera de los traductores. Si crees que lo usan porque no saben cómo traducir una palabra concreta, entonces solo conoces la mitad de su valor profesional. Por un lado, te asegura que la palabra que has escrito corresponda al idioma adecuado (inglés británico/americano). Además, sirve para identificar posibles ambigüedades. Te recomiendo cualquiera de estos dos: wordreference y Merriam-Webster.
  • Repaso y relectura: una traducción empieza de verdad cuando terminas de transcribirla. Comprueba varias veces que todo esté bien escrito, por orden y sin demasiadas repeticiones. Entonces, pasa al siguiente consejo.
  • Cuatro ojos ven más que dos: ¿nunca te ha pasado que, al leer un texto, has cazado error? De hecho, has identificado de inmediato que falta un artículo en la frase anterior. No obstante, si lo hubieras escrito tú, no te habrías dado cuenta. Eso se debe a que tienes el texto dentro de la cabeza y tu cerebro anticipa la palabra antes que tus ojos. Por esta razón, cuenta siempre con alguien que repase tu trabajo antes de entregarlo, si no quieres llevarte sorpresas más adelante.

Importancia de una buena traducción

París, 10 de diciembre de 1898. Las delegaciones diplomáticas americana y española se reúnen para poner fin a la guerra entre los dos países, además de negociar la firma de un tratado histórico por el que España dejará de ser Imperio.

No obstante, hay un problema. Los diplomáticos españoles creían que las negociaciones se desarrollarían en francés, así que no han traído un intérprete. Cuando descubren con horror que sus homólogos solo hablan inglés, todo su plan de acción depende del traductor norteamericano, que habla español. Aunque este no es precisamente un intermediario, sino Arthur Fergusson, el primer secretario ejecutivo.

Por suerte, «su tacto, sus encantadoras cualidades personales y su espléndido dominio del inglés y español fueron altamente estimados por los plenipotenciarios españoles» (United States Congressional serial set, Volume 5426). Menos mal, porque nos podría haber sucedido lo mismo que a Japón o Vietnam, donde un error de traducción derivó en el lanzamiento de la bomba atómica para el primero y el inicio de una guerra en el segundo.

A pesar de lo tremendista de los ejemplos que acabo de exponer, tú tampoco te libras de correr riesgos. En definitiva, como traduzcas mal un documento laboral o un trabajo universitario en inglés, echarás por tierra tu buen hacer en español. Principalmente, porque quien lo lea no va a entenderlo, le obligarás a interpretarlo y, fíate de mi experiencia, lo hará mal.

Para evitarte este tipo de problemas, usa las reglas de traducción que te hemos enseñado en este artículo, siempre que tengas que pasar un texto a este idioma si quieres ahorrarte reuniones innecesarias, trabajar el doble de horas o sacar una buena nota en tu carrera.

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