Aprender inglés con canciones, trucos y consejos

Aprender inglés con canciones, trucos y consejos; Recuerdo en los 80 cuando ponían en las discos una canción de The Smiths titulada Panic que hacía cantar a los allí congregados, al unísono y con alegría, un estribillo improvisado que, en lugar de repetir la letra (Hang the DJ), se cambiaba por «mantequilla». O los famosos «huevos con aceite» de Twisted Sisters.

A pesar de que nos inventásemos la letra, lo cierto es que habíamos sido capaces de interpretar un sonido extranjero de tal manera que pudiésemos reproducirlo. Y reírnos, por supuesto. Pero, mucho más importante a nivel pedagógico, demuestra el hecho de que cantar nos ayuda a mejorar el aprendizaje de un idioma. Siempre y cuando, por supuesto, respetemos la letra original.

 

Por qué cantar ayuda a aprender inglés con canciones

 

Entonación

Primero, porque cantar no es más que hablar con melodía. Dicha melodía supone una variación en la entonación habitual que damos a las palabras. Debemos aclarar antes que ‘entonar’ no se refiere a cantar con el tono musical, sino a colocar los acentos en la sílaba que corresponde.

Uno de los principales problemas de los españoles a la hora de hablar en inglés reside en no acentuar las palabras o hacerlo en la sílaba equivocada. Es decir, que en lugar de decir ‘adiós’ tendemos a decir ‘ádios’. Si bien, salvo casos concretos, en nuestro idioma podemos entendernos (hay quien se llama Miguel o Míguel), en inglés lo más probable es que digamos una palabra distinta: desert / dessert.

Por tanto, al cantar estaremos reproduciendo la entonación real de la palabra y la aprenderemos. De esta manera, se nos quedará grabada en la memoria para siempre, simplemente con recordar la melodía de la canción.

 Pronunciación

La segunda virtud de aprender inglés cantando la tenemos en el vía crucis de los españoles: la pronunciación inglesa. Acostumbrados como estamos a reproducir el sonido de cada letra que vemos escrita –a excepción de la H y la U antes de Q y entre GUE y GUI-, no se nos escapa ni una sola consonante o vocal de las palabras inglesas.

Si cantamos una canción en inglés, nos daremos cuenta de qué letras se pronuncian, cómo suenan, qué sobra en la palabra y cuanta potencia de aire se aplica en las sílabas. Por supuesto, esto mismo podríamos hacerlo leyendo en voz alta. Pero, cantando, tenemos una voz detrás sobre la que apoyarnos, imitarla y aprender a pronunciar con claridad y corrección.

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Capacidad de entendimiento

Cuando no entendemos el significado de una palabra, nos sentimos perdidos. Así lo refleja uno de los protagonistas de Mambo, Mafia y Cha Cha Chá: Las Quimbambas, de Jose Flores: «Luego, va mi hermana y se mosquea conmigo. Ya le vale. Que si soy un cabrón egoísta, mendaz, capcioso y aleve. No basta con que yo me sienta mal como para que me lo recuerde con palabras que ni siquiera sé lo que significan».

No obstante, en inglés, sucede algo mucho peor. Porque podemos reconocer la palabra escrita pero no entenderla por culpa de su pronunciación. Seguro que, en más de una ocasión, hemos escuchado una canción para, más tarde, leer la letra y darnos una palmada en la frente. Porque todo lo que dice, lo conoce el cerebro. Pero no así el oído.

Precisamente es este órgano el que menos se trabaja en los cursos de inglés, donde las clases se centran en aspectos gramaticales y que el alumno sea capaz de construir frases por su cuenta. Algo similar sucede con los subtítulos, que acabamos leyendo sin prestar atención al sonido.

Por esta razón, cantar nos ayuda a prestar mayor atención al contenido del mensaje y a identificar las palabras por su sonido y no por su escritura.

 

Vocabulario

 

Una forma que tenemos de aprender palabras nuevas es asociándolas a algo. El poste donde se atan las embarcaciones marinas se llama, en español, noray. Para cuando termines de leer esta frase, ya se te habrá olvidado. Sin embargo, si estamos subido a una barca, prestos a iniciar nuestra travesía y alguien nos explica que retiremos la amarra del noray, tenemos más probabilidades de recordarla.

Lo mismo sucede cuando, escuchando una canción que nos gusta, nos topamos con una palabra nueva. Cada vez que la escuchemos, estaremos pendientes de recordarla. Después, en otro tipo de circunstancia o contexto, si queremos decirla, con recordar la canción aparecerá en nuestra mente de inmediato.

Además, hay determinadas palabras que se repiten en las canciones. Esto aumenta sobremanera la capacidad de recuerdo y asociación. Así, poco a poco, la música se convierte en nuestro diccionario personal, enriqueciendo léxico y expresividad.

 

Gramática

 

En el siguiente apartado (5. Consejos y Trucos) explicaremos un problema gramatical de ciertas canciones. Pero, en general, cuando escuchamos música en inglés, la melodía nos permite aprender estructuras gramaticales perfectas. Con solo recordar un verso específico, ya te acuerdas de la regla.

Si bien la gramática inglesa básica es muy básica, las excepciones no los son tanto. Por ejemplo, hay ciertos adverbios que cambian su posición en caso de emplearse en oraciones negativas. Tenemos dos opciones: recordar los adverbios y la norma o cantar I still haven’t found what I’m looking for de U2 o el pegadizo I just can’t get enough para saber a qué adverbios afecta esta excepción y su posición correcta en la frase.

 

Consejos y Trucos para aprender inglés con canciones

 

Una vez explicadas las virtudes de aprender inglés con canciones, es el momento de dar consejos útiles para evitar justo lo contrario. El objetivo es disfrutar de las ventajas pedagógicas de este método sin meterse en un berenjenal.

¿Qué quiere decir esto? Muy fácil; nada de cantar canciones con letras largas, complejas o excesivamente rápidas. Mejor temas con dos o tres estrofas y estribillo donde no haya exceso de palabras. Los temas antiguos funcionan de maravilla, ya que suelen tener un ritmo lento y repetitivo, además de ser limpios de sonido. Cuantos más efectos o distorsiones tenga la música, más complejo resultará escuchar la letra. Esto se aplica, por ejemplo, con los niños pequeños, que aprenden a cantar y pronunciar Nursery Rhymes (canciones para niños) con gran rapidez.

El siguiente consejo es más profesional: evitar grupos o cantantes demasiado coloquiales. Que canten en inglés no significa que la calidad gramatical sea la adecuada. Porque sucede el efecto ‘cartel público’; vemos escrita una palabra mal y, como está expuesta en la calle, creemos que es correcta. Imaginaos con una frase entera los problemas que nos puede dar si, en caso de duda, la recordamos. Es preferible buscar temas de compositores reconocidos por la calidad de sus letras, como Morrissey o Nick Cave.

Pero no hace falta que sean maestro de la palabra, como los citados. Hay verdaderas maravillas –y gramaticalmente correctas- en la música soul (aunque, ojo con el inglés afroamericano), en canciones pop y, por regla general, cualquier canción comercial o pegadiza que sea famosa.

Ahora contaremos un truco para que aprender con canciones resulte más sencillo: empezar con el estribillo, nada más. Esa parte se repite varias veces a lo largo del tema, por lo que se puede repetir hasta dominarlo. Después, con una estrofa. La más sencilla o fácil de recordar. Y si alguna se nos atasca, no pasa nada. Ya saldrá. Lo fundamental es que cantemos para entrenar la lengua.

Más trucos. La repetición. Si queremos pronunciar y entonar bien, para que luego mejore nuestro entendimiento, debemos practicar –como los cantantes- hasta que el sonido salga perfecto. Aconsejamos empezar suave, cantando bajito. Que nos guíe la voz original. Más adelante pasaremos de coro a dueto hasta arrebatarle el micrófono y cantar en solitario, con confianza, bien alto.

Finalmente, la principal ventaja de aprender inglés cantando es que ocupa poco tiempo y se puede compaginar con otras actividades: la ducha, limpiando la casa, cocinando… Con esto ganamos fluidez y profesionalidad oral de una manera entretenida.

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